domingo, 16 de marzo de 2014

SINE



S.I.N.E.
Sistema Integral de NUEVA EVANGELIZACIÓN
No es una organización, ni una institución, no es un movimiento, ni una asociación, no es simplemente un método.
Es un sistema o diseño pastoral para parroquias, básico e integral, orgánico e integrador que pretende transformar la parroquia de estación de servicios religiosos y sacramentales (pastoral de conservación), a ser una parroquia misionera: COMUNIDAD DE COMUNIDADES. 

La Nueva Evangelización es:
Un NUEVO PENTECOSTES
Una Nueva Estrategia Evangelizadora
Acción del Espíritu Santo que hay que implorar. 

¿QUÉ ENTIENDE EL SINE POR NUEVA EVANGELIZACIÓN?

El SINE entiende por Nueva Evangelización, el cumplimiento adecuado y oportuno del mandato de Jesucristo: “Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación” (Mc 16,15) y del mandato de la Iglesia: “Evangelizar constituye, en efecto, la dicha y vocación propia de la Iglesia, su identidad más profunda. Ella existe para evangelizar, es decir, para predicar y enseñar, ser canal del don de la gracia, reconciliar a los pecadores con Dios, perpetuar el sacrificio de Cristo en la santa Misa, memorial de su muerte y resurrección gloriosa” (EN 14) en las condiciones y con los elementos de los tiempos actuales.
 
¿CÓMO LOGRARLA?
 
Para lograrlo, el SINE presenta un Diseño Pastoral o Sistema, que lleva esencialmente a una profunda transformación de la Parroquia, comprendiéndose aquí por parroquia, a la estructura fundamental para la pastoral de la Iglesia; lugar por excelencia, en comunión diocesana, donde se vive la vida cristiana y se cumple primariamente la misión de la Iglesia; donde se construye el cuerpo eclesial al que los fieles se vinculan vitalmente; animada y conducida por el Pastor (Párroco), con la participación activa de religiosos y laicos, que colaboran junto con él, cumpliendo ahí cada uno su carisma propio, ocupando su lugar y su función en el Cuerpo de Cristo.
Nota esencial y característica del SINE, es la integralidad, TODO A TODOS, entendida en cuatro dimensiones o niveles:
 
IR A TODOS: Parroquia misionera que sale a buscar a la oveja perdida, queriendo llegar realmente a todos: “A toda criatura”… “Hasta los confines de la tierra”.
 
Se logra ir a todos, a través de la misión en sus diversas modalidades (misiones intensivas, especializadas, por convocatoria, por contagio y por Visiteo Integral Permanente); estrategias que posibilitan llegar a todas y cada una de las familias y personas que habitan el territorio parroquial: niños, pre-adolescentes, jóvenes, adultos y personas mayores.
“Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.” (Mt 28,19-20)
 
A TODO EL HOMBRE: Buscando que la fe ilumine, transforme y dignifique a toda la persona (cuerpo, mente y espíritu) y que la pastoral incluya atención a todas las dimensiones de la persona humana:  vida personal, familiar, social, económica, laboral, política, recreación, estudio, expresión cultural y arte.
 
INVOLUCRADOS TODOS: Todo el pueblo sacerdotal; sacerdotes, religiosos y laicos. Todos los que han recibido la evangelización fundamental (Kerigma) tienen tareas apostólicas concretas, en primer lugar como visitadores en uno de los sectores de la parroquia a la que pertenecen y en segundo lugar a través de los servicios ministeriales, en los que cada laico participará activamente al menos en uno de estos servicios, tales como: Evangelización, Comunidades, Catequesis de Adultos, Catequesis Infantil o Escuela de Formación Básica en la Fe, Liturgia, Pastoral Social, Familia, Jóvenes, Salud y Rehabilitación.
“Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los reconoceréis”. (Mt 7,16-20)
 
DARLES TODO: Los elementos básicos de la vida cristiana y todas las dimensiones de la misión de la Iglesia, participando de la misión misma de Jesús, como profeta, sacerdote, pastor y rey. Dimensiones con integración y complementariedad recíproca en los cuatro fundamentales ministerios:

1. Palabra: Proceso evangelizador con todas sus etapas, comenzando con el cimiento Kerigmático, continuando con una formación catequética programada y completa.
El Kerigma lleva a formar cristianos adultos en la parroquia. Se forman para una vida nueva, verdadera, por la acción del Espíritu Santo en el corazón del que vive esta experiencia. Para nacer de nuevo hay que nacer del Espíritu, y no habrá vida sino es verdadera la aceptación de Cristo. El anuncio del Kerigma se da en el poder del Espíritu para posibilitar un Pentecostés personal.
“Habiendo escuchado la palabra de la verdad, la Buena Nueva de la salvación, y habiendo creído, fuimos marcados con el sello del Espíritu Santo de la promesa” (Ef 1,13)
 
2. Comunión: Formando comunidad; pequeña, sectorial y parroquial.
Se comienza la integración de la comunidad, con una reunión semanal, con los siguientes elementos: Oración, Catequesis, Edificación espiritual y Solidaridad social, se termina con Oración de intercesión. Es la acogida por la fe y la conversión de corazón a la comunidad, que se reúne en nombre de Jesús, para ser en el mundo signo del hombre nuevo y para hacer de la parroquia comunidad de comunidades.

 Esto es interrelación e interacción de todos con todos y cada uno, en todo tiempo y en todo lugar y en todas las dimensiones de la vida.
Es apertura, cuidado, mutua ayuda y apoyo. Comparten todo, se acompañan en edificación para construir la unidad de la comunidad, promueven su crecimiento espiritual y enfrentan sus necesidades materiales y sociales en fraterna solidaridad.

3. Sacramentos: Centro y cumbre de la vida cristiana y eclesial, como celebración con participación consciente, viva y activa de una verdadera comunidad, especialmente en la Eucaristía.
A partir de la experiencia de un Dios vivo por la evangelización, congregados en verdadera comunidad y habiendo recibido una catequesis específica para comprender y valorar aquello que celebra, entonces estimativamente se comprenderá, afectivamente se buscará, y prácticamente se vivirá, y se participará con mayor conciencia, de manera viva, activa y sobre todo fructífera, teniendo los sacramentos su plena verdad, la plena participación y la máxima fructificación.

0 comentarios :

Publicar un comentario